Como complemento a la última información
que publiqué en éste blog sobre el conflicto en AIRBUS, quiero informar que en
todos los centros de la empresa se ratificó el preacuerdo alcanzado por el
Comité Interempresas y la Dirección.
Asimismo el punto más desfavorable: la NO
readmisión del trabajador despedido en Puerto Real se resolvió con la
aceptación por éste, Antonio Barce, de las condiciones negociadas que suponen
cobrar el 95% de sus retribuciones durante 5 años hasta su prejubilación y la
empresa cotizará el 100% para que pueda alcanzar la pensión completa.
Por su parte la empresa ha dejado
constancia que para combatir el absentismo volverá a aplicar el artículo 52.d
del Estatuto de los Trabajadores, aunque está obligada por los acuerdos a
informar previamente a los Comités de Empresa.
A continuación inserto
dos artículos que se publicaron en el periódico digital lavozdelsur.es que
recogen la crónica de como fue el despido y el inicio del conflicto.
Antonio Barce, el gaditano que
paralizó a más de 1.000 trabajadores durante siete días
El montador aeronáutico que la factoría de Airbus en Puerto Real echó
"por ponerse enfermo" cuenta a lavozdelsur.es su historia y las
consecuencias que está sufriendo tras ser despedido
CLAUDIA GONZÁLEZ ROMERO 14 DE JULIO, 2018
“Si él fuera mala gente íbamos a estar nosotros aquí…”, murmura uno de los
sindicalistas de CGT sentado en una silla de playa frente a la planta de Airbus
de Puerto Real mientras mira de reojo a Antonio Barce. Él, con polo azul de la
empresa y una gorra con un dibujo de un buitre en bicicleta, le devuelve la
mirada y sonríe. “Le tengo que dar un beso a cada uno de mis compañeros. ¿Van a
parar una fábrica por un sinvergüenza?”, pregunta.
Durante cuatro días, cerca de cinco trabajadores miembros del sindicato han
permanecido de acampada a las puertas de
la factoría con el objetivo de que uno de sus compañeros, que fue despedido “por ponerse
enfermo” y estar más de 12 días de baja en menos de dos meses,
fuese readmitido. Pero días antes, Antonio Barce —el protagonista de esta
historia— consiguió paralizar a más de los 1.000 trabajadores que operan en la
planta puertorrealeña durante una semana. “Nunca se ha vivido eso en el
sector”, incide otro sindicalista.
Nacido en Cádiz, en el año 1960, Antonio Barce estudió Mecánica en San
Severiano. Con un abuelo y un hermano mayor vinculado al sector del metal,
empezó a trabajar con 21 años en Dragados y Construcciones, construyendo
Delphi. “Hay que trabajar ya, me decían mis padres”. Al año, en
septiembre de 1982 entró a formar parte de la plantilla de CASA Construcciones
Aeronáuticas S. A., en Puntales (Cádiz).
“Yo era muy buen ajustador”, rememora, ya que en la actualidad hay oficios
que se han perdido dentro de la industria. Todo cambió en el 2000, cuando CASA
(de carácter público) fue absorbida por Airbus, a día de hoy el mayor
grupo aeroespacial del mundo. 36 años trabajando como montador aeronáutico, en
plantilla fija. “Toda mi vida con los jierros, con jota”,
dice con sorna. Hasta que el pasado viernes 15 de junio el jefe de Recursos
Humanos de Puerto Real le comununicó en su despacho que “por las sucesivas
bajas, aún justificadas por los diferentes motivos, prescindimos de sus
servicios”.
Me caí al suelo… Sufrí un ataque de ansiedad en ese momento”, narra Barce.
Cuenta que se asfixiaba y que se le subió la tensión. “Mal, muy mal… Me iba
muriendo”, suspira. Se lo llevaron en silla de rueda desde Airbus hasta el
hospital de Puerto Real, donde le dieron otros dos ataques de ansiedad. Aquello
ocurrió en la mañana, a eso de las 11:00. Y justo, una hora después, todos los
compañeros pararon toda actividad en la planta.
Cuando supieron los motivos, fue tal la indignación, que todos —unos 1.000
trabajadores entre profesionales del metal y auxiliares—, que llegaron a estar
inactivos hasta el viernes siguiente: el 22 de junio. “Si lo consentimos nos
echan a todos”, expresó Juan Antonio Guerrero, secretario
general de CGT en Puerto Real y montador aeronáutico en la planta de Airbus,
también en Puerto Real, al tiempo en que exigía la no aplicación del artículo
52, artículo por el cual despidieron al compañero, Antonio Barce.
“No recuerdo que se haya aplicado nunca este artículo con otro trabajador…
Quizá en el año 88, en Puntales, pero eran por problemas diferentes”, cuenta
Barce. En su caso, este montador aeronáutico gaditano se dio de baja en marzo
de 2018 por una bronquitis aguda, que le mantuvo en casa durante dos semanas.
“Y un viernes pido el alta voluntaria para incorporarme el lunes siguiente
porque ya me encontraba mejor. Pero ese mismo viernes me llaman del hospital
más tarde para decirme que me van a operar de la lesión del hombro derecho
—enfermedad profesional con la que lleva 2 años y medio— y que me tienen que
ingresar ese mismo lunes. Razón por la que entré en una segunda baja,
coincidiendo con la primera. Y al ser dos bajas en menos de 20 días, me han
aplicado el artículo 52. Pero claro, el hospital te llama cuando te tiene que
llamar”, explica.
“Todo esto por pedir el alta voluntaria…”, se retuerce. Desde aquella
fatídica noticia, Antonio Barce sufre depresión y visita al psicólogo desde el
pasado 20 de junio. Además, tiene poliartrosis degenerativa y epicondelitis,
ambas enfermedades profesionales. “Y el corazón partío“,
bromea.
Según relata Barce a este digital, cinco días después de ser despedido, en
la factoría de Puerto Real hubo una reunión que duró casi 24 horas en el que
estuvieron presentes el comité de empresa y la dirección. “En esa reunión el
director llegó a decir verbalmente que retiraba el artículo 52 y que iba a
readmitir a Barce. Pero luego llego el de Recursos Humanos, se negó y se
acabó”, comparte un sindicalista.
Por aquel entonces había unidad sindical y todos (CCOO, UGT, ATP y CGT)
luchaban para negociar la readmisión de Barce. Pero desde que la reunión del
comité interempresas se saldara con su despido y una cuantía de dinero, los
compañeros de CGT se rebelaron contra el resto acampando frente a la
planta de Puerto Real. “No se logra nada sin luchar”, espeta uno del
sindicato frente a Airbus.
Han estado durmiendo en cuatro tiendas de campaña y en los coches. Sin
moverse del sitio, comiendo bocadillos de caballa, de mortadela con aceitunas y
una cerveza, o en el mismo comedor de la empresa. Hasta que finalmente este
pasado jueves 12 de julio se celebró una reunión de carácter urgente en el
que Barce ha llegado a
un acuerdo con el jefe de Recursos Humanos, para cobrar el
95% de su salario durante los cinco años que le quedan para jubilarse, y
cotizar una pensión del 100%.
Y así termina la historia de Antonio Barce, el gaditano de 58 años de edad
que consiguió movilizar a más de 1.000 trabajadores. Eso sí, el próximo 19 de
julio será cuando todo lo acordado será formalizado en un papel y toda la
pesadilla habrá acabado.
Ponen fin a la acampada frente a Airbus tras llegar a un acuerdo con el despedido
En una reunión
de carácter urgente, el jefe de Recursos Humanos, junto al comité de empresa,
negocia que Antonio Barce cobrará el 95% de su salario hasta su jubilación, en
la cual cotizará el máximo
Antonio
Barce, el trabajador de 57 años despedido por Airbus, después de llevar 36 en
la empresa, por “ponerse enfermo”,
ha llegado a un acuerdo con el jefe de Recursos Humanos tras mantener una
reunión con el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Trujillo
(CCOO), y los demás sindicatos (UGT y CGT).
Según
fuentes consultadas por lavozdelsur.es,
en un acuerdo verbal —sin documentación de por medio— Barce no será readmitido,
pero cobrará el 95% de su salario durante los cinco años que le quedan para
jubilarse, y le quedará una pensión del 100%.
El principal
afectado ha aceptado las condiciones que le han presentado en una reunión de
carácter urgente llevada a cabo en la tarde de este jueves en la factoría de
Airbus en Puerto Real. “Bastante bien todo, nos han explicado los conceptos de
la cantidad y las vamos a corroborar con el gabinete jurídico de nuestro
sindicato. Tenemos para contestarles hasta el próximo lunes 19 de julio”,
manifiestan fuentes de la CGT. Por ello, debido al acuerdo ha sido el propio
despedido quien ha puesto fin a la acampada frente a la planta puertorrealeña.
Además,
desde el sindicato han afirmado que retirarán el paro estatal que tenían
propuesto realizar ese mismo día, el 19 de julio, debido a estas nuevas
negociaciones. “Hay dos aspectos significativos del acuerdo y es que contempla
las subidas salariales que ha podido tener Barce y que, en caso de que halla
algún defecto de forma de aquí hasta el 19, aseguran que se subsanará”, destaca
uno de los miembros de CGT.
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