jueves, 23 de enero de 2025

José Manuel García Rodríguez-Almansa trabajó en La Hispano Aviación y fue uno de los jóvenes protagonistas del nuevo movimiento obrero antifranquista. Sufrió la represión y la deportación.

 

 Almansa -como le llamaban los compañeros en La Hispano- nació en Sevilla el 28 de enero de 1943 y su infancia estuvo marcada por la prematura muerte de su padre. Aprendió la enseñanza primaria en la Academia Politécnica de Sevilla -después en 1955, con 12 años- ingresó en la Escuela de Aprendices de La Hispano Aviación donde adquirió la profesión de ajustador-matricero. Trabajando en la fábrica como operario en la sección de Utillaje realizó estudios de Maestría Industrial, por las tardes, en la calle Niebla.

En su toma de conciencia de clase influyeron varios aspectos: el sistema represivo imperante dentro y fuera de la fábrica, la catolicidad dominante contraria a las inquietudes y necesidades propias de la juventud, las carencias,... pero sobre todo fueron determinantes las charlas colectivas en el tiempo del bocadillo, las asambleas obreras y la relación personal con dirigentes obreros, los libros prohibidos, la participación en la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela de Aprendices (el Club de La Hispano) que entonces tenía su sede en la calle Castilla número 161, la asistencia a conferencias, exposiciones y otras actividades culturales en el Centro Social Tartessos, en el Cine Club Vida, en la Granja Viena y otros espacios de encuentro para personas del movimiento obrero y de la Universidad que luchaban por un país con libertades y Democracia.

En 1965 inició su militancia política ingresando en el PCE. Y fue miembro del comité clandestino del Partido en La Hispano.

Se presentó a las Elecciones Sindicales en 1966 y salió elegido enlace sindical entre los obreros que apoyaba el incipiente movimiento de las Comisiones Obreras. Participaba en las reuniones y asambleas del patio del metal en la calle Morería. Como militante comunista participó en acciones clandestinas: pintadas, lanzamiento de octavillas, distribución de prensa clandestina (Mundo Obrero), informes a Radio España Independiente (Estación Pirenaica) emisora del PCE que emitía desde Rumanía.

En 1968 hubo movilizaciones de los trabajadores de La Hispano y a consecuencia de su destacada presencia en las movilizaciones fue detenido el veinticuatro de abril y encerrado en los calabozos de la Base Aérea de Tablada. Esta circunstancia estaba motivada porque los jóvenes que trabajaban en empresas militarizadas realizaban tres meses de adiestramiento militar en el ejército correspondiente -en este caso el Ejército del Aire- y después pasaban al Servicio Militar Pasivo durante cinco años trabajando en la empresa.

En 1969 la dictadura franquista decreta el Estado de Excepción, lo cual suponía que fueran detenidas todas las personas que anteriormente habían sido fichadas por la policía o la Guardia Civil. Almansa se refugió escondido en casa de un amigo durante varios días pero mientras, la policía fue a la casa de sus padres y realizó registros. Los miembros de la Brigada Político Social (BPS) lo detienen y lo llevan a la Comisaría de Policía donde lo interrogaron y lo pusieron a disposición de la autoridad militar trasladándolo a la Base de Tablada donde estuvo tres meses. Después lo llevaron a Canarias. El Tribunal de Orden Público (TOP) se inhibió de juzgarlo y lo derivaron a un proceso de guerra al encontrarse en situación de servicio militar obligatorio pues su condición de "pasivo" terminó al ser despedido de la empresa. Como castigo ese mismo año es deportado a El Aaiún (Sahara) junto a José María Arévalo Ruíz, otro trabajador de La Hispano Aviación que también fue detenido y despedido de la fábrica. Son deportados por "actividades comunistas" y en las dependencias militares de El Aaiún permanecieron en estricta vigilancia desde el 15 de abril de 1969 hasta el 20 de julio de 1970. 

Además al Sáhara enviaban como castigo a los que dentro del ejército habían cometido delitos -en todos los emplazamientos militares de la Península- y esos individuos eran una peligrosa compañía que acrecentaba el miedo.

Fue la época más amarga y depresiva para los que estaban simplemente por haber luchado por las reivindicaciones obreras, de golpe desaparecen de sus vivencias todo su mundo social de relaciones y apoyos de amistades. En consecuencia: José Manuel se siente aislado, con depresión, con desarraigo y apatía en un desierto inhóspito y sin ninguna posibilidad de escapatoria; además lo destinaron a los trabajos más ingratos: limpiar las letrinas y barrer la Base quitando la arena del desierto pues tenían prohibido el servicio de armas. En definitiva, un sentimiento de estar metido en un agujero que le producía mucha tristeza, sin ganas de leer, sin actitud constructiva, desolado... pero su mujer, Enriqueta Sánchez, joven de veinte años y con solo dos meses de matrimonio abandonó a su familia, a su trabajo y a sus amistades. Tuvo la valiente decisión de compartir las penalidades por las que atravesaba su marido a pesar de que en los primeros meses solo podían verlo unas cuantas horas. Con la llegada de su mujer, Almansa se recuperó emocionalmente y alquilaron una vivienda en aquel lugar. Después de cumplir el castigo y terminar la mili obligatoria se quedó en El Aaiún y entró a trabajar en FOSBUCRAA (Fosfatos de Bucraa S.A.). El matrimonio regresó definitivamente a Sevilla en Octubre de 1973.

La trayectoria vital del compañero Almansa identifica la de cientos de jóvenes sevillanos nacidos en las décadas de los cuarenta, los cincuenta y los sesenta que tuvimos muchas vivencias comunes (entre otras): 

- con 12 o 14 años ingresamos en las Escuelas de Aprendices.

- allí experimentamos el sometimiento a una severa disciplina y el adoctrinamiento fascista por parte de algunos profesores. 

- los madrugones y la utilización del transporte público a horas muy tempranas.

- los guateques en el club de La Hispano. Con el placer añadido de los bailes "agarrados".

- Escuchar músicas de vanguardia (tanto a nivel musical como de las letras "protesta").

- Formar parejas con las muchachas  que asistían a dicho club.

- Leer los libros prohibidos (como La Madre de Máximo Gorki, Así se templó el acero, Tierras roturadas, el Manifiesto Comunista, etcétera. 

-Escuchar clandestinamente La Pirenaica. 

-Películas de arte y ensayo. La experiencia de los Cine Fórum.

-Pintadas con Kamfor, lanzamiento de octavilla desde motos y vespas.

- Servicio militar obligatorio en el Ejército del Aire.

Ya al entrar en la madurez la vida de cada cuál se adaptó a otras circunstancias personales y familiares que –en parte- nos alejó de las vivencias sociales juveniles.

 




Estuvo en la calle Amor de Dios. Fue una cafetería y un lugar de tertulias y actividades culturales a finales de los años 60.



EL Cine Club Vida, creado en 1957, estaba en la calle Trajano nº 35. Almansa era muy aficionado al cine y lo visitó durante la década de los 60.















(Los datos, las fotos y los vídeos están tomados del Archivo Histórico de CC.OO. de Andalucía)





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