Almansa -como le llamaban los
compañeros en La Hispano- nació en Sevilla el 28 de enero de 1943 y su infancia
estuvo marcada por la prematura muerte de su padre. Aprendió la enseñanza
primaria en la Academia Politécnica de Sevilla -después en 1955, con 12 años-
ingresó en la Escuela de Aprendices de La Hispano Aviación donde adquirió la
profesión de ajustador-matricero. Trabajando en la fábrica como operario en la
sección de Utillaje realizó estudios de Maestría Industrial, por las tardes, en
la calle Niebla.
En su toma de conciencia de clase
influyeron varios aspectos: el sistema represivo imperante dentro y fuera de la
fábrica, la catolicidad dominante contraria a las inquietudes y necesidades
propias de la juventud, las carencias,... pero sobre todo fueron determinantes
las charlas colectivas en el tiempo del bocadillo, las asambleas obreras y la
relación personal con dirigentes obreros, los libros prohibidos, la
participación en la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela de Aprendices
(el Club de La Hispano) que entonces tenía su sede en la calle Castilla número
161, la asistencia a conferencias, exposiciones y otras actividades culturales
en el Centro Social Tartessos, en el Cine Club Vida, en la Granja Viena y otros
espacios de encuentro para personas del movimiento obrero y de la Universidad
que luchaban por un país con libertades y Democracia.
En 1965 inició su militancia política
ingresando en el PCE. Y fue miembro del comité clandestino del Partido en La
Hispano.
Se presentó a las Elecciones Sindicales
en 1966 y salió elegido enlace sindical entre los obreros que apoyaba el
incipiente movimiento de las Comisiones Obreras. Participaba en las reuniones y
asambleas del patio del metal en la calle Morería. Como militante comunista
participó en acciones clandestinas: pintadas, lanzamiento de octavillas,
distribución de prensa clandestina (Mundo Obrero), informes a Radio España
Independiente (Estación Pirenaica) emisora del PCE que emitía desde Rumanía.
En 1968 hubo movilizaciones de los
trabajadores de La Hispano y a consecuencia de su destacada presencia en las
movilizaciones fue detenido el veinticuatro de abril y encerrado en los
calabozos de la Base Aérea de Tablada. Esta circunstancia estaba motivada
porque los jóvenes que trabajaban en empresas militarizadas realizaban tres
meses de adiestramiento militar en el ejército correspondiente -en este caso el
Ejército del Aire- y después pasaban al Servicio Militar Pasivo durante cinco
años trabajando en la empresa.
En 1969 la dictadura franquista decreta
el Estado de Excepción, lo cual suponía que fueran detenidas todas las personas
que anteriormente habían sido fichadas por la policía o la Guardia Civil.
Almansa se refugió escondido en casa de un amigo durante varios días pero
mientras, la policía fue a la casa de sus padres y realizó registros. Los
miembros de la Brigada Político Social (BPS) lo detienen y lo llevan a la
Comisaría de Policía donde lo interrogaron y lo pusieron a disposición de la
autoridad militar trasladándolo a la Base de Tablada donde estuvo tres meses.
Después lo llevaron a Canarias. El Tribunal de Orden Público (TOP) se inhibió de
juzgarlo y lo derivaron a un proceso de guerra al encontrarse en situación de
servicio militar obligatorio pues su condición de "pasivo" terminó al
ser despedido de la empresa. Como castigo ese mismo año es deportado a El Aaiún
(Sahara) junto a José María Arévalo Ruíz, otro trabajador de La Hispano
Aviación que también fue detenido y despedido de la fábrica. Son deportados por
"actividades comunistas" y en las dependencias militares de El Aaiún
permanecieron en estricta vigilancia desde el 15 de abril de 1969 hasta el 20
de julio de 1970.
Además al Sáhara enviaban como castigo
a los que dentro del ejército habían cometido delitos -en todos los
emplazamientos militares de la Península- y esos individuos eran una peligrosa
compañía que acrecentaba el miedo.
Fue la época más amarga y depresiva
para los que estaban simplemente por haber luchado por las reivindicaciones
obreras, de golpe desaparecen de sus vivencias todo su mundo social de
relaciones y apoyos de amistades. En consecuencia: José Manuel se siente
aislado, con depresión, con desarraigo y apatía en un desierto inhóspito y sin
ninguna posibilidad de escapatoria; además lo destinaron a los trabajos más
ingratos: limpiar las letrinas y barrer la Base quitando la arena del
desierto pues tenían prohibido el servicio de armas. En definitiva, un
sentimiento de estar metido en un agujero que le producía mucha tristeza, sin
ganas de leer, sin actitud constructiva, desolado... pero su mujer, Enriqueta
Sánchez, joven de veinte años y con solo dos meses de matrimonio abandonó a su
familia, a su trabajo y a sus amistades. Tuvo la valiente decisión de compartir
las penalidades por las que atravesaba su marido a pesar de que en los primeros
meses solo podían verlo unas cuantas horas. Con la llegada de su mujer, Almansa
se recuperó emocionalmente y alquilaron una vivienda en aquel lugar. Después de
cumplir el castigo y terminar la mili obligatoria se quedó en El Aaiún y entró
a trabajar en FOSBUCRAA (Fosfatos de Bucraa S.A.). El matrimonio regresó
definitivamente a Sevilla en Octubre de 1973.
La trayectoria vital del compañero
Almansa identifica la de cientos de jóvenes sevillanos nacidos en las décadas
de los cuarenta, los cincuenta y los sesenta que tuvimos muchas vivencias
comunes (entre otras):
- con 12 o 14 años ingresamos en las
Escuelas de Aprendices.
- allí experimentamos el sometimiento a
una severa disciplina y el adoctrinamiento fascista por parte de algunos
profesores.
- los madrugones y la utilización del
transporte público a horas muy tempranas.
- los guateques en el club de La
Hispano. Con el placer añadido de los bailes "agarrados".
- Escuchar músicas de vanguardia (tanto
a nivel musical como de las letras "protesta").
- Formar parejas con las
muchachas que asistían a dicho club.
- Leer los libros prohibidos (como La
Madre de Máximo Gorki, Así se templó el acero, Tierras roturadas, el Manifiesto
Comunista, etcétera.
-Escuchar clandestinamente La
Pirenaica.
-Películas de arte y ensayo. La
experiencia de los Cine Fórum.
-Pintadas con Kamfor, lanzamiento de
octavilla desde motos y vespas.
- Servicio militar obligatorio en el
Ejército del Aire.
Ya al entrar en la madurez la vida de
cada cuál se adaptó a otras circunstancias personales y familiares que –en parte-
nos alejó de las vivencias sociales juveniles.
Estuvo en la calle Amor de Dios. Fue una cafetería y un lugar de tertulias y actividades culturales a finales de los años 60.
EL Cine Club Vida, creado en 1957, estaba en la calle Trajano nº 35. Almansa era muy aficionado al cine y lo visitó durante la década de los 60.
(Los datos,
las fotos y los vídeos están tomados del Archivo Histórico de CC.OO. de
Andalucía)