El día 23 de abril, a la edad de 87 años, dejaba de existir físicamente el que fuera uno de los hombres de C.A.S.A. más conocido y querido por el colectivo aeronáutico en Sevilla.
Su hijo comunicó la triste noticia en
las redes sociales e inmediatamente se sucedieron las condolencias, las
muestras de cariño, la rememoración de vivencias tanto en el trabajo como en el
equipo de fútbol,… han sido cientos de personas y algunos mencionaron a otros
compañeros como <El Farina> y el Guzmán que le ayudaban a distribuir por
las diferentes secciones las tortas, mantecados y pasteles que le encargaban
diariamente. Todos al recordarlo coincidían en resaltar lo buen compañero que
fue: afable, servicial, atento en ayudar a quién se lo solicitaba y sobretodo
un optimista por naturaleza. En definitiva, todo un personaje –en el buen
sentido de la palabra- al que conocía toda la plantilla de la Factoría de
Tablada y que ha pasado a nuestra historia humana como uno de los grandes de
Construcciones Aeronáuticas.
En mis breves palabras de despedida
publiqué el siguiente texto: Manuel Román <el Botones> encarnó siempre la trayectoria de un hombre
de C.A.S.A. que destacaba significativamente por aportar en positivo a los
demás compañeros. Así se demuestra rememorando sus vivencias profesionales en
San Pablo y Tablada, jugando de delantero en el equipo de fútbol de la empresa,
ayudando en los desayunos diarios con sus "perrunillas" y dulces varios,
en las actividades lúdicas del Grupo de Empresa, etc. Tengo un recuerdo
especial de la década de los años ochenta cuando coincidí con él y con Emilio
Guzmán en Residencias de Tiempo Libre dónde era un animador en los juegos
infantiles, contando chistes para los mayores y organizando bingos; lo hacía
tan bien y con tanta elegancia que muchos residentes pensaban que era un
profesional contratado cuando en realidad Manuel Román -trabajador de C.A.S.A.-
estaba entregando generosamente sus días de vacaciones en hacer reír, disfrutar
y entretener a las familias que allí se hospedaban. Porque <el Botones>
amaba la vida y más que como un compañero se relacionaba como un amigo
entrañable, las veces que me lo encontré en el barrio de Alcosa me saludaba efusivamente
y se paraba a conversar como si no tuviera otra cosa que hacer. Esa alegría,
ese cariño hacia los demás y ese orgullo de las vivencias en las factorías
sevillanas será el recuerdo permanente que se mantendrá indeleble en nuestros
corazones.
Descanse en paz. Mis condolencias a su hijo y demás
familiares.
Y ratificando lo que ha escrito su hijo
Manuel:
<Allí donde esté hará felices a los que lo rodeen>
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu aportación a la transmisión futura de nuestra memoria.