Cuanto
daría yo por volver atrás en el tiempo, situarme en el centro de la nave vieja,
dar unas palmadas y ver como sorteando máquinas y bancos de trabajo, acudíais a
la asamblea ; ya que es materialmente imposible, me dirijo a vosotros
compañeros a través de nuestro grupo.
Mucho se ha hablado de los cambios
producidos en CASA después de la huelga de los 10 días; hoy quiero hacer una
reflexión sobre un aspecto poco tratado; quizás por la euforia de las
conquistas o por el distanciamiento entre trabajadores y mandos superiores en
general.
Hoy quiero separar el grano de la paja,
porque ha habido mandos y mandos.
Cuando se legalizaron los sindicatos, CC.OO
de Tablada nos propusimos abordar el tema de los mandos en general y el de los
superiores en particular. Convocamos una asamblea que se celebró en el Duque y
a ella invitamos a una serie de mandos y entre ellos creo recordar a Justo
Pérez, al Sr. Linares y otros cuantos a los que lamentablemente no recuerdo sus
nombres.
Quizás alguno de vosotros podáis
refrescarme la memoria.
Otros a los que yo destacaría aunque no
acudiesen a la asamblea es a Martínez Álvarez padre, hombre católico
practicante, honrado, profesional y afable en el trato con los trabajadores; también quiero destacar a Manuel Rodríguez
Barrios un Ingeniero no al uso de lo que nos tenían acostumbrados la mayoría de
sus compañeros de escalafón.
Para mí, hay uno que destaca sobre todos,
ese mando era Rafael González Chamorro, primero como ingeniero jefe del
laboratorio y después como jefe de personal, es en ésta faceta cuando yo empecé
a tener una relación más estrecha con él.
Como consecuencia de la " CULEBRA", hubo una serie de mandos que sacaron a flote
su servilismo a la empresa y otros su odio manifiesto a los trabajadores; entre
los primeros por mencionar a algunos podemos destacar Armenta, Alonso y
Salgueiro, éste último se lució al intentar que la " CULEBRA"
penetrase en la nave vieja por la puerta que daba a la Sección de Baños, siendo
apartado sin contemplaciones por la cabeza de la manifestación.
Entre los segundos quiero destacar a uno
por su odio a los trabajadores y sus manifestaciones fascistas; ese era
Sariego, jefe de la oficina de personal, que al paso de la " CULEBRA"
por su sección, les dijo a sus empleados
" el que se vaya es comunista y el que se quede fascista como
yo", se quedó sólo y no porque sus empleados fuesen comunistas, sino que
operaban en ellos un sentimiento solidario de clase que al grito de ¡¡
compañero únete!! se unieron.
A raíz de estos hechos, los empleados de
personal no soportaron más el despotismo de este funesto personaje y empezaron
a llover las quejas a la jefatura de personal sobre esa actitud.
Una mañana me llamó el Sr. González y me
dijo que qué podía hacer con este hombre para que dejara de originar problemas;
yo le sugerí que le " vendiese la moto", de la necesidad de cubrir un
puesto vital para la empresa como era el de control de aduanas; compró la moto
y lo confinaron en un pequeño despacho en la nave de materiales con una sola
persona a su cargo como secretaria ésta secretaria fue la compañera Carmen
Melendo.
Organizar a los metalúrgicos sevillanos
ha sido y es bastante complejo, la mayoría de las empresas son pequeñas y muy
dispersas; en mis conversaciones con el Sr. González, le hacía ver la necesidad
de organizar al máximo al conjunto de los trabajadores si queríamos acabar con
la dictadura, a lo cual él, como buen democratacristiano estaba dispuesto
ayudar en la medida de lo posible dentro de su responsabilidad en la empresa.
Los delegados sindicales disponíamos de 40
horas mensuales para dedicarlas las labores sindicales, el me facilitó el
dedicarme al Metal en la provincia de Sevilla sin límite de horas sin que me
faltase el salario para mi familia.
Al constituirse el sindicato, necesitamos
una sede para que las diferentes ramas sindicales pudiesen desarrollar sus
actividades; para ello se alquiló una casa de dos plantas en la C/. Alhóndiga
esquina con la C/. Dormitorio; pues bien puso a mi disposición al compañero
Rivera (chofer de la empresa) y un camión para ir a la Hispano y cargar con
todo el mobiliario, lámparas etc., etc. que nos pudiera servir para amueblar la
sede.
Con él coincidí varias veces en la
negociación del convenio colectivo, él iba representando a Sevilla en las
negociaciones y en uno de los viajes a Madrid, ya en el avión me preguntó y
comprendía si no le contestaba, si yo era comunista, le contesté
afirmativamente, tenía plena confianza en él al igual que el la tuvo conmigo,
incluso sobre temas familiares que le agobiaban.
Era necesario que los compañeros de C. A. S. A, conocieran
el comportamiento de un buen hombre, que podía haberse jugado el puesto de
trabajo apoyándonos en la conquista de la Amnistía, las Libertades y la
Democracia.
¡¡¡
Descanse en paz Sr. González!!!.
(A continuación añado
algunas fotos donde se ven lugares, personas, actividades,…mencionadas por
Miguel y también recuerdos de su compromiso sindical y político).
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