jueves, 15 de febrero de 2024

Miguel Jiménez Hinojosa (14 de mayo de 1948 // 21 de agosto de 2015) un infatigable luchador contra el franquismo que sufrió despidos, represión, torturas y cárcel fue alumno de la Escuela de Aprendices en C.A.S.A. Tablada.

 Procedente de la Universidad Laboral –la actual Pablo de Olavide UPO- estuvo en la Escuela de CASA entre 1964 y 1967 hasta que fue expulsado. Compañero, camarada y amigo de Jaime Baena Abad; ambos militaron en las Juventudes Comunistas (JJ.CC.) y en las Comisiones Obreras Juveniles (CC.OO.JJ.) y juntos organizaron asambleas, repartieron octavillas, hicieron pintadas, convocaron paros y fueron a manifestaciones prohibidas pues en aquellos años todas estas actividades se realizaban clandestinamente.

Aquellos años de rebeldía juvenil frente a las injusticias marcaron para siempre a Jaime y la amistad con Miguel le dejó una huella imborrable, valorando a su amigo declaró en una entrevista: <se trataba de un compañero extremadamente generoso, solidario y valiente, de una altura y grandeza moral impecables y que siempre en todo momento y lugar defendía a sus compañeros sin importarle las circunstancias ni los riesgos >

Cuando lo expulsaron de la Escuela de Aprendices trabajó de albañil y militó en el PCE. La policía lo detuvo repartiendo el periódico Mundo Obrero en 1969 durante el Estado de Excepción y lo tuvieron 13 días en la Comisaría de La Gavidia interrogándolo mediante torturas físicas. Lo pasaron a la cárcel de Sevilla y allí conoció a Eladio García Castro, máximo dirigente del PCE (i) –una escisión del PCE- que se creó en Barcelona dos años antes. Aquella relación con Eladio le motivó  a ingresar en el PCE (i) –después se llamó PTE- y tras salir de la cárcel, con 20 años, se fue a trabajar a Barcelona donde a los pocos años le ocurrió una tragedia que determinó su vida: la policía lo detuvo en un piso de Cornellá de Llobregat y le dispararon a bocajarro perforándole el hígado, creyendo que había muerto lo arrojaron a la calle desde la segunda planta de la vivienda. Estuvo cerca de tres semanas hospitalizado y tras un Consejo de Guerra lo encarcelaron durante cinco años y medio entre 1971 y 1976 en que salió con la amnistía.

Toda su trayectoria vital fue la de un militante obrero y comunista. De regreso a Sevilla trabajó en la empresa pública LIPASAM y sin dejar de trabajar asumió la responsabilidad de Secretario de la sección sindical de CC.OO. en su centro de trabajo.

Su salud personal siempre se resintió y consiguió que le trasplantaran el hígado. Murió con 67 años y en Mayo de 2017 en la zona sur de la capital hispalense se rotuló una calle con su nombre en reconocimiento a su infatigable lucha contra el franquismo y por las libertades democráticas.

 



Jaime Baena con 15 años, alumno en la Escuela de Aprendices de C.A.S.A. en la Factoría de Tablada.



(A continuación inserto publicaciones donde se pueden conocer más detalles sobre Miguel Jiménez Hinojosa).

Sobre la relación de camaradería entre Miguel y Jaime Baena hay una interesante referencia en el Libro (no editado): Resistencia, resiliencia y desobediencia. La forja de un rebelde. El autor es Juan Miguel Batalloso Navas.

Aquí os muestro un fragmento del Capítulo V <El nacimiento de un compromiso>

 

 En aquel curso 64/65 en el que Jaime repitió 2º, decide dedicarse en su tiempo libre a la música de una forma más seria, matriculándose para ello en el Conservatorio y compatibilizando así estudios profesio nales y musicales. Fue en este curso, con 17 años cumplidos, cuando su compañero Miguel Jiménez Hinojosa le propone fundar un Club Cultural Juvenil en San Juan de Aznalfarache, para lo cual le ofrece la cooperación de varios compañeros con el fin de hacer los Estatutos y disponer todo lo fuera necesario.

De Miguel Jiménez Hinojosa16, Jaime guarda entrañables y sentidos recuerdos. Nos dice que se trataba de un compañero extremadamente generoso, solidario y valiente, de una altura y grandeza moral impecables y que siempre en todo momento y lugar defendía a sus compañeros sin importarle las circunstancias ni los riesgos. En este punto Jaime reflexiona y nos dice que en la adolescencia y más en


16 Su compañero Miguel Jiménez Hinojosa, al que Jaime hace siempre referencia en diversas ocasiones recordándolo con gran emoción, con el que establece una intensa amistad y que lo animó a fundar el Club Cultural y a comenzar sus apasionadas lecturas, tenía casi la misma edad que él. Miguel nació en 1948 en el barrio de Nervión de Sevilla y en 2019, hace unos años le rotularon una calle por su compromiso y lucha infatigable contra el franquismo y por las libertades democráticas. Estudió en la Universidad Laboral y después paso a CASA hasta que lo expulsaron. Inicialmente estuvo en las Juventudes Comunistas (JJ.CC.) hasta que lo detuvieron. En la cárcel conoció a Ramón Lobato, dirigente del Partido Comunista de España Internacional (PCE-i-), fundado en 1967, que lo introdujo en su organización, pasando más tarde en la Transición a engrosar las filas del Partido del Trabajo de España (PTE) de Eladio García Castro. Miguel pasó varios años en las cárceles franquistas y fue cruel e impunemente torturado por la Brigada Político Social de Barcelona en 1970 haciendo con él lo mismo que hicieron el año anterior con Enrique Ruano en Madrid o con Julián Grimau en 1962. Le dispararon, perforándole el hígado y después lo tiraron desde un segundo piso a la calle, quedando así más de quince días hospitalizado. Como en todos los crímenes y torturas del franquismo, sus autores quedaron impunes. FUENTE: “Todos (...) los nombres”. CGT-A.

En: <http://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/jimenez_hinojosa._sevilla.pdf> [Consulta: 5 oct. 2020].


aquellos tiempos, se daban siempre lo mejor y lo peor de las personas ya que cuando se es joven, se es muy generoso, pero también contra- dictoriamente muy egocéntrico. En aquellos tiempos tan difíciles dice Jaime que lo normal era ser huraño, individualista y precavido, sin embargo, los compañeros que eran solidarios lo eran a tope, a muerte, hasta la última gota de su sangre y “Miguelito” era así. Según Jaime, Miguel Jiménez Hinojosa era un líder, muy cariñoso y bueno, hijo de una familia de izquierdas, muy republicana que vivía en el Cerro del Águila, un barrio que fue todo un bastión de la clase obrera y de los obreros de Hytasa, una empresa en la que la clase obrera tenía mucha fuerza.

Antes de que Miguel Jiménez Hinojosa se marchase a Barcelona, todos sus compañeros hicieron una manifestación en la que Jaime participó, desde su condición de compañero, amigo y militante de Comisiones Obreras Juveniles (CC.OO.JJ.).

5.4.1.- En las CC.OO.JJ. 

Jaime en de Aprendizaje, en el curso 1965/66, con 18 años, está militando ya en las Comisiones Obreras Juveniles (CC.OO.JJ.) estando incluido en lo que el PCE consideraba el frente sindical que estaba or- ganizado bajo las condiciones más estrictas de vigilancia, control y se- guridad, dado que la organización tanto de CC.OO., como del PCE es- taba siempre amenazada por las detenciones y había que estar siempre muy atentos para renovar, sustituir y cubrir los huecos de camaradas que eran detenidos y llevados a prisión. Esta es la razón por la que jó- venes como Jaime, con 17 o 18 años se encontraban completamente inmersos en la responsabilidad de asumir tareas de dirigencia sindical. Con esa juventud tenían que organizar y convocar asambleas, repartir octavillas, hacer pintadas, convocar paros y huelgas, salir a la calle en manifestación contra lo que hiciera falta para movilizar a la ciudadanía contra la dictadura lo cual representaba un enorme peligro en todos los sentidos.

De aquel periodo, Jaime destaca que cuando expulsan a Miguel Jiménez Hinojosa de la Escuela, todo el grupo cayó en un momento de


gran desesperanza, algo que Jaime superó gracias a su interés por la música, dedicándose casi en exclusiva y durante este periodo a esta ac- tividad. Nos cuenta que participó en la creación de un grupo de música, primero con jóvenes de Coria del Río en el que Jaime tocaba la guitarra de cuatro cuerdas, el bajo, y además era vocalista. Hay un tiempo en su vida, hasta los 20 o 21 años que Jaime opta por realizar otras actividades, pero sin dejar de estar conectado con la lucha contra el franquismo, algo que para Jaime era normal, no solamente por sus convicciones, sino también por la propia situación de clandestinidad. Y es que según nos cuenta Jaime, una vez que se pertenecía a las redes del PCE no era posible salirse con facilidad, a no ser por detención o que en la comisaría se dijera algo para delatar a los compañeros, tras lo cual el PCE te excluía de inmediato. En este punto, dice Jaime que él podía ir a donde quisiera, ya fuese a tocar con el grupo musical o a cualquier otra actividad, pero siempre lo encontraba alguien del PCE que lo reconvenía pidiéndole de una u otra manera explicaciones acerca de lo que hacía y debería de hacer.

Aunque las CC.OO.JJ. fue una organización obrera juvenil obviamente clandestina que duró poco, ya que, a principios de la década de los setenta, la dirección de CC.OO. opta por dar acceso a todos los jóvenes obreros que lo desearan, vale la pena destacar aquí su importancia y trascendencia, no solo para activar y animar todo el movimiento juvenil de la segunda mitad de la década de los sesenta en Sevilla y otras provincias andaluzas, sino también para apoyar y solidarizarse con entusiasmo con todas las acciones y movilizaciones obreras y ciudadanas de entonces.

Conforme a lo señalado en la magna obra colectiva coordinada por el historiador Alfonso Martínez Foronda (MARTÍNEZ, A.; 2005: 229- 234), las CC.OO.JJ. nacieron en Sevilla en el verano de 1967 con alumnos de la Escuela de Aprendices de la HASA además de jóvenes que ya estaban en CASA y también procedentes de otras empresas como FASA, TUSSAM, RENFE junto a otros pertenecientes a las JJ.CC. y a los movimientos cristianos. Su objetivo era triple.

En primer lugar, sensibilizar y solidarizar a la juventud con la causa del movimiento obrero de forma que se apoyasen todo tipo de


acciones y movilizaciones. En este sentido por ejemplo las CC.OO.JJ. gestaron reivindicaciones específicas relativas a las condiciones educa- tivas y formativas de los alumnos de la HASA, realizando para ello asambleas, que en 1967 llegaron a ser diarias con objeto de crear fuer- tes vínculos de compromiso, institucionalización y consolidación de la nueva organización. Igualmente participaron en las movilizaciones de los 1º de mayo y de forma especialmente comprometida en apoyo y solidaridad con Eduardo Saborido que había sido detenido el 24 de enero de 1967, detención que produjo un fuerte movimiento de solidaridad con CC.OO. dado su creciente prestigio a partir de las Elecciones Sindicales de 1966, además que de ser la primera vez que se exigía abiertamente la excarcelación de un detenido, (MARTÍNEZ, A.; 2005: 301-302) constituyendo así el comienzo de todo un conjunto de acciones de solidaridad similares y que fueron el embrión sevillano de lo que en la década siguiente sería el fuerte movimiento social de exigencia de Amnistía y Libertad.

En segundo lugar, constituirse en una escuela viva de formación obrera, social y política, además de un refuerzo y un depósito de re- serva de recursos humanos bien motivados y llenos de energía para ayudar y en su caso sustituir a los militantes y dirigentes de CC.OO. dado que en aquellos años de la década de los sesenta la represión con- tra el movimiento obrero fue especialmente extensa e intensa, algo que fue singularmente duro en el periodo 1967-1970 como consecuencia de los diversos estados de excepción de cada año.

Por último y, en tercer lugar, las CC.OO.JJ. fueron una herra- mienta y una plataforma juvenil cuya finalidad residía también en ex- tender, ampliar y diseminar las reivindicaciones obreras a otros ámbi- tos sociales como el juvenil, el ciudadano, el educativo o el cultural, de forma que se fueran creando nuevos espacios y ambientes de libertad y encuentro para la juventud y para toda la ciudadanía. De aquí, por ejemplo, la estrategia de animar e impulsar la creación de Clubs Juve- niles aprovechando las posibilidades que brindaban los párrocos o cu- ras progresistas comprometidos en la lucha antifranquista. Así, las CC.OO.JJ. de Sevilla llegaron a crear una coordinadora que agrupaba a una veintena de barrios, en la que estuvieron representados los


principales dirigentes juveniles, casi todos procedentes de la Escuela de Aprendices de la HASA y entre los que se encontraban José del Río Caballero (San Jerónimo) y Antonio Andrade (Bellavista), Francisco Pérez y Francisco Sánchez Legrán (Pío XII), Rafael Luque (Triana), José María Gallego “El cabeza” (Puerta de la Carne), “El Chato”, J. Millán Márquez, “El sin Dios” y Juan José Becerra (Bellavista), Antonio Benítez (por la Hispano Aviación), y el protagonista de nuestra historia, Jaime Baena Abad (San Juan de Aznalfarache) (MARTÍNEZ, A.; 2005: 232).

5.4.2.- En el Club Juvenil Cultural de S. Juan 

En cuanto al Club Juvenil Cultural de San Juan de Aznalfarache, hay que señalar que, en el momento de su nacimiento, Jaime no era todavía mayor de edad, por lo que no pudo legalmente aparecer como socio fundador, siendo los demás compañeros mayores de 18 años los que lo hicieron, aunque no sin dificultades.

Aquel grupo de jóvenes fundadores del Club Cultural de San Juan, con sus estatutos bajo el brazo se dirigieron al Gobierno Civil para en- tregarlos y proceder así a su legalización, algo que aparentemente era normal. Sin embargo, uno de los Guardias Civiles que custodiaba e in- formaba en las dependencias del Gobierno Civil intentó hacerlos desis- tir en su solicitud. Pero estos jóvenes que sabían muy bien el territorio que pisaban, tomaron la precaución de ir acompañados por un abo- gado que se presentó ante aquel Guardia Civil como tal y aunque in- tentaron rechazar la solicitud y cerrar así el Club, que ya estaba fun- cionando, definitivamente no lo consiguieron y acabó por ser legali- zado. Finalmente, y en una de las Elecciones a la Junta Directiva que se realizaron unos meses después, Jaime fue elegido presidente del Club.

Sevilla. Recordando a Miguel Jiménez Hinojosa, fallecido el pasado día 22 de agosto. Reportaje de Interviú: “Los policías me dejaron muerto”

16 de septiembre de 2015 por administradorTLN

Aunque con un cierto retraso, reproducimos un artículo de Ana María Pascual publicado en Interviú en noviembre de 2014 que recoje una serie de declaraciones del compañero Miguel sobre aquellos duros y peligrosos momentos, donde según algunos (expertos) ya había comenzado una transición política que se llevó por delante (asesinadas por las fuerzas de seguridad del estado) más de un centenar de personas. NUESTRO RECUERDO Y HOMENAJE A MIGUEL JIMÉNEZ Y A TODOS LOS DEMÁS.   

Querella argentina por crímenes del franquismo.

“Los policías me dejaron muerto”

En 1971 a Miguel Jiménez Hinojosa lo tiraron por la ventana tras dispararle en el hígado. El jefe policial fue condecorado.

Su salvación fue una especie de milagro. “No era mi destino morir de aquella manera, como un perro” cree Miguel Jiménez Hinojosa, de 66 años, que ha denunciado ante la jueza argentina María Servini que en 1971 dos policías le dispararon y lo arrojaron desde un segundo piso durante su detención en Barcelona. La togada ha imputado ha imputado a uno de esos policías, pero hace unos meses que falleció. Esta es la asombrosa historia de un militante antifranquista.

Interviú.es | Ana María Pascual | 24-11-2014

Se nota que Miguel Jiménez Hinojosa (Sevilla, 1948) lo pasa mal recordando los detalles que marcaron su vida hace 43 años. Se le quiebra la voz o se queda en silencio de repente, como si una barrera interior le impidiera confesar los sentimientos que aún le provoca el recuerdo de la brutalidad: “Siento rabia, pero no busco venganza. Quiero que la sociedad conozca lo que pasó en España durante el franquismo y la Transición: se torturó a los ciudadanos y después se intentó limpiar todo aquello con lejía”.

Hoy, a los 66 años, cuando su denuncia ante la jueza argentina María Servini, que investiga los crímenes del franquismo, ha servido para que se impute por torturas al policía Atilano del Valle Oter –fallecido el pasado mes de abril a los 85 años–, Miguel Jiménez se siente algo reconfortado.

Criado en el seno de una familia humilde sevillana, a los 13 años Miguel entró en la Universidad Laboral –institución del régimen donde los hijos de los obreros podían estudiar educación secundaria y formación profesional–. Tres años después era aprendiz de alicatador, y con 18 años trabajaba como peón en la construcción. Pero además de la necesidad de llevar un jornal a casa, Miguel sentía impulsos políticos y se embarcó en la lucha contra el franquismo, ingresando en el PCE(i) Partido Comunista de España (Internacional), luego Partido del Trabajo de España (PTE)–, una escisión del PCE. En enero de 1969 fue detenido con propaganda ilegal durante el estado de excepción. Otros militantes acabaron peor, como el malogrado estudiante Enrique Ruano, al que los policías de la Brigada Político Social (BPS) arrojaron por una ventana. Dos años después,  Jiménez Hinojosa probaría aquel terrorífico método.

Miguel recuerda el disgusto de sus padres cuando salió de prisión, al cabo de tres meses, y les comunicó que se marchaba. “En la cárcel en Sevilla había conocido a Ramón Lobato [alias de Eladio García Castro, dirigente del PCE(i)]. Él era algo mayor que yo; daba gusto escucharle en el patio de la cárcel. Cuando salí de prisión, tenía ya las ideas políticas muy claras. Me fui a Barcelona, donde conocía gente. Me puse en busca y captura, para librarme del juicio y también porque me reclamaban para hacer la mili”. En la Ciudad Condal, el sevillano trabajó como albañil. Acudía a las reuniones del partido y colaboraba en la impresión de panfletos y octavillas de propaganda.

A finales de 1970, la reacción social por las condenas de muerte para 12 militantes de ETA en el proceso de Burgos provocó que el Gobierno decretase un nuevo estado de excepción. En Barcelona, en las industrias importantes comenzaron huelgas (ilegales) y despidos. El PCE(i) convocó en febrero de 1971 una manifestación en el paseo de Maragall para protestar por los despidos en la metalúrgica La Maquinista Terrestre y Marítima. A un coche patrulla de la policía le lanzaron un cóctel molotov. Las represalias no se hicieron esperar.

El 24 de abril, la BPS desplegó toda su artillería en Barcelona y en la comarca del Baix Llobregat para capturar a los integrantes del PCE(i). “Fue una redada enorme –cuenta Miguel–. Me enteré y fui rápidamente a mi casa, en Cornellà de Llobregat, para avisar a mis camaradas. Cuando llegué, me encontré dentro a dos ‘sociales’ [policías de la BPS]. Intenté defenderme. Sabía que, si me atrapaban, sería mi ruina. Recuerdo que le di un puñetazo a uno de ellos”.

“OÍ UN RUIDO MUY FUERTE”

Los policías eran Atilano del Valle Oter y Francisco Rodríguez Álvarez, según consta en una nota informativa de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, fechada el 24 de abril de 1971 y adjuntada por Miguel a la querella argentina.

Debieron de golpearme con la culata de la pistola y perdí el conocimiento –recuerda–. Cuando desperté, estaba esposado. Decidieron esperar a ver si llegaba alguien más al piso. Uno de los policías jugaba con un cuchillo de monte que teníamos en casa. Intenté quitárselo y, forcejeando, le pinché. Entonces oí un ruido fuerte y ya no recuerdo más, hasta pasados 16 días, que me desperté en el hospital”.

Lo que oyó Miguel fue el sonido de un disparo, a bocajarro, sobre su vientre, que le perforó el hígado. Los policías a continuación arrojaron al vacío el cuerpo del joven inconsciente, desde un segundo piso. Miguel impactó contra el suelo de un patio interior tras atravesar un tejadillo de uralita. El pronóstico era desesperanzador: fractura de la base del cráneo, conmoción cerebral y rotura hepática. Pero vivió para contarlo.

PUÑOS COMO MAZAS

Para las víctimas de la represión policial en Barcelona, Atilano del Valle es como un fantasma. “No sabemos nada del hombre que nos golpeaba en la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, en Vía Laietana”, dice Felipe Moreno, coordinador de la Plataforma Catalana de Apoyo a la Querella Argentina. La jueza Servini incluye a Atilano en su lista de los veinte imputados por crímenes del franquismo, para los que solicita la extradición a Argentina.

Pero Atilano murió el pasado 3 de abril, a los 85 años, como ha podido comprobar interviú. “Es una pena que se haya ahorrado la vergüenza de verse señalado por haber torturado”, señala Moreno.

El abogado Enric Leira recuerda los interrogatorios de Atilano: “Era un hombre bajito, con poco pelo; lo que más impresionaba de él eran sus manos, grandes como mazas. Soltaba unos puñetazos tremendos. En enero de 1969 me detuvieron y me llevaron a la Jefatura Superior.

Me tuvieron tres días de pie. Atilano era uno de los fijos. Siempre había tres o cuatro en cada interrogatorio. Pegaban delante de todo el mundo, en las oficinas. Cuando querían ser más duros, nos llevaban al archivo, un lugar más discreto. A mí me golpearon, me dieron pisotones  También me cogieron de los pies y me acercaron a unas escaleras. Uno de los policías me dijo: «Te vamos a hacer como a Ruano»”.

“Atilano fue condecorado por las heridas sufridas durante la detención de Jiménez”

El 3 de diciembre de 1975 el ministro de la Gobernación José García Hernández le concedió a Atilano del Valle –propietario de terrenos en la localidad madrileña de Olmeda de las Fuentes y de varios inmuebles en Barcelona– la Cruz al Mérito Policial con distintivo Rojo por haber resultado herido durante la detención de Miguel Jiménez. En el informe policial se indica que Atilano sufrió “pinchazos y cortes en una mano”.

Sin embargo, la condecoración, que le supuso un incremento salarial anual de en torno a 150.000 pesetas, no le fue retirada cuando, un año después, en octubre de 1976, fue condenado, junto con otros tres policías, por las lesiones producidas a dos detenidos. La pena fue raquítica: 24 días de arresto menor y una multa de 7.500 pesetas. En diciembre de ese año, nueva condena: cuatro días de arresto y 2.000 de multa por lesiones a Mercè Muñoz. Según el forense, la joven presentaba hematomas en ojos, brazos, muñecas y pierna izquierda debidos a contusiones con un objeto y a golpes continuados, quizá de zapatos.

CONSEJO DE GUERRA

Miguel permaneció 16 días en el Hospital Clínico de Barcelona. La policía nunca reconoció que sus funcionarios le dispararon y arrojaron al vacío: “En cuanto recuperé el conocimiento, me trasladaron a la enfermería de la Modelo, donde estuve seis meses. La policía dijo que yo me había tirado por la ventana. Como fue un tiro limpio, la bala había salido de mi cuerpo. Les vino bien para decir que la perforación de hígado había sido por la caída”.

A Miguel lo condenaron a 16 años por insulto a las Fuerzas Armadas y asociación ilícita, en un consejo de guerra, en agosto de 1972“Estuve en las cárceles de Soria, Segovia y Jaén. Salí a los cinco años. Regresé a Sevilla, tenía miedo de no encontrar trabajo, porque había listas negras”. Se ganó la vida como albañil y como operario de limpieza del Ayuntamiento de Sevilla, hasta que hace 16 años le trasplantaron el hígado y le concedieron la incapacidad permanente. Hoy ve con tristeza el estado general de la política española: “Muchos dieron su vida, incluido yo, en cierto modo, porque los policías me dejaron muerto, para conseguir una democracia y una justicia social que jamás se han alcanzado plenamente. Mis hijos se enteraron al final de lo que me pasó. Pero a mis nietos no quiero contarles algo tan horrible para que no sufran”.

PREMIO PARA LOS POLICIAS REPRESORES

RODOLFO MARTÍN VILLA, Ministro de la Gobernación entre 1976 y 1979, ha sido el primero de los imputados por la jueza Servini en abrir la boca, y ha dicho que quiere declarar, que no quiere ser un amnistiado. Mucho tendrá que explicar el empresario y expolítico si finalmente se somete al interrogatorio de la jueza. No solo respecto a la matanza de Vitoria de 1976 (cinco personas murieron tiroteadas  por la policía), de la cual Martín Villa sería responsable político, según la jueza; sino además de las condecoraciones de policías implicados en la represión franquista. Por ejemplo, Antonio González Pacheco, alias Billy el niño, cuya extradición a Argentina fue rechazada por la Audiencia Nacional el pasado abril. Martín Villa lo condecoró con la Medalla de Plata al Merito Policial el 13 de junio de 1977, unos meses antes de ser aprobada la Ley de Amnistía, que la justicia española enarbola para rechazar las pretensiones  de la jueza argentina. Martín Villa también condecoró a Roberto Conesa, jefe de Billy el niño.

Artículo de Interviú en PDF (Recomendable su visión)

https://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/jimenez_hinojosa._sevilla.pdf



El distrito Sur homenajeará así a su vecino, fallecido el año pasado

María Caballero / Sevilla  / 05 may 2016 / 08:43 h.

 

Miguel Jiménez Hinojosa tendrá una calle junto a la avenida de la Paz, en una metáfora de aquello a lo que dedicó su vida. Así lo acordó la pasada junta del distrito Sur, en reconocimiento a la defensa de la libertad y la democracia de este sevillano durante toda su vida.

La calle elegida, ahora sin nombre, es la perpendicular a la avenida de la Paz y a la calle Piel de Toro, ubicándose en ella las fachadas del colegio Paz y Amistad y la asociación de vecinos El Sur.

La iniciativa fue llevada a la junta del distrito Sur el pasado miércoles por Rosa Fernández, representante de la asociación de mujeres Sibalis. Tras la lectura por su parte de la biografía de Miguel Jiménez Hinojosa, la junta vivió un emotivo momento de consenso, en el que todos los grupos participantes realzaron la figura de Jiménez, fallecido el pasado año.

El delegado del distrito, Joaquín L. Castillo, no se prodigó en palabras, sentenciando que «Miguel se merece tener una calle en Sevilla». Por su parte, el grupo popular, en palabras de Juan Luna, hizo énfasis para que «no se olviden a aquellos héroes anónimos que no tienen calles en su honor, como las víctimas del terrorismo». El representante de Izquierda Unida, Alejandro Massia, destacó a Jiménez como uno de los «imprescindibles, un hombre tiroteado y encarcelado por su lucha». Tanto éste como el portavoz de Participa Sevilla, Ernesto Rodríguez, incidieron en «la situación de España, un país todavía impune».

La propuesta conmovió a algunos de los presentes, como a la portavoz vecinal María Luisa Pérez, que recordó el ejemplo de su abuelo, «al que todavía no hemos encontrado y que estará en una cuneta». Sin embargo, el momento más emotivo se vivió tras todas las intervenciones, cuando la hasta entonces callada representante de la asociación de vecinos El Sur, Rosario García, se levantó entre lágrimas para agradecer a los presentes sus palabras y votos, «ya que Miguel era mi marido».

Una vida de lucha

Miguel Jiménez Hinojosa nació en Sevilla en 1948, y dedicó toda su vida a la lucha sindical y de oposición a la dictadura franquista. Fundador del Partido Comunista de España Internacional, posteriormente denominado Partido del Trabajo de España (PTE), Jiménez sufrió su primera detención con 20 años por repartir el periódico Mundo Obrero, acusado de asociación ilícita y propaganda ilegal. Sin embargo, el suceso más traumático de su vida fue cuando, con 23 años, y detenido en un piso de Barcelona, recibió disparos a bocajarro de dos policías, que después, lo tiraron por la ventana. El sevillano consiguió recuperarse, no sin secuelas, de este incidente, pasando por las cárceles franquistas hasta el año 1976. En 2012 la jueza argentina María Servini de Cubría ordenó la detención de uno de los policías que le disparó, Atilano del Valle Oter, pero éste falleció en 2014, sin acudir a juicio.

Jiménez dedicó el resto de su vida a la lucha sindical, llegando a ser secretario del comité de empresa de Lipasam. Falleció el año pasado en agosto, a la edad de 67 años, suponiendo una gran conmoción entre sus «vecinos, compañeros y camaradas», afirmó su mujer, Rosario García.

Esta propuesta unánime será trasladada al pleno del Ayuntamiento de Sevilla, que sumará así una calle más por la memoria histórica.

http://elcorreoweb.es/sevilla/una-calle-para-el-luchador-antifranquista-miguel-jimenez-JX1725586

https://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/jimenez_hinojosa._sevilla.pdf



Inauguración de la calle Miguel Jiménez Hinojosa en Sevilla

Miguel Jiménez Hinojosa (Sevilla 14 de mayo de 1948 – Sevilla 21 de agosto de 2015) fue militante del Partido del Trabajo de España (PTE) y sufrió varias detenciones. La que le marcó su vida para siempre se produjo el 24 de abril de 1971, en que fue detenido en un piso de Barcelona por los funcionarios de la Sexta Brigada Regional de Investigación Social. Atilano del Valle Oter y Francisco Rodríguez Álvarez le dispararon a bocajarro y lo tiraron por la ventana, sufrió conmoción cerebral con posible fractura de la base del cráneo, fractura de pelvis, rotura hepática, contusiones y heridas varias de pronóstico muy grave, posteriormente un Consejo de Guerra lo condenaría a 16 años de cárcel.

Miguel denunció en septiembre de 2012 ante la jueza argentina María Servini de Cubría, que investiga los crímenes de la dictadura franquista, a los policías que lo detuvieron en Barcelona en 1971, ésta ha dictado una orden internacional de detención y extradición contra uno de ellos, Atilano del Valle Oter.

La Asociación por la Memoria Histórica del Partido del Trabajo de Andalucía y la Joven Guardia Roja, agradece a los colectivos y entidades que a continuación se relacionan el apoyo mostrado en la petición al Ayuntamiento de Sevilla para que una calle de la ciudad tenga el nombre de Miguel Jiménez Hinojosa: Asociación de vecinos Félix Rodríguez de la Fuente, Asociación de vecinos Triana Norte, Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía de la CGT , Unidad Cívica Andaluza por la República, Colectivo de teatro “El Gallo Rojo”, Asociación ”nuestra memoria”, Asociación de Amistad con Cuba Bartolomé de las Casas, Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica El Coronil, Asociación Sevillana Verdad, Justicia y Reparación, Radiópolis, Asociación cultural prembodhi yoga, Asamblea de Andalucía, Asociación Derecho y Democracia y la Plataforma Nosotros también somos Sevilla, con los siguientes colectivos: AA.VV. El Sur, AA.VV. Solidaridad, AA.VV Esperanza Sur, Asociación de mayores Paz y Amistad, Asociación Alboreá, HOAC, Coordinadora de educación del Polígono Sur, Cocina solidaria del Polígono Sur, Ateneo popular del Polígono Sur, Asociación de mujeres Sibalis.

 

 

En el siguiente audio de 15 minutos se puede escuchar su voz hablando de su militancia en el PTE, en septiembre de 2007.

Habla Miguel Jiménez Hinojosa (CLIC en el Nombre)

 








Otro compañero que conoció personalmente a Miguel y que trabajó en C.A.S.A. fue Antonio Sánchez Montilla. También fue militante del PTE y trabajó de Ajustador en la sección de Utillaje de la Factoría de Tablada. (A continuación se puede oír su voz en el siguiente audio de 8 minutos defendiendo sus ideas andalucistas, sociales y la memoria histórica, entre otras cosas).

Habla Antonio Sánchez Montilla (CLIC en el nombre)