El próximo año se conmemoran los 100 años de la industria aeronáutica en España. Los medios de difusión masiva van a resaltar los logros industriales y tecnológicos que se han alcanzado durante un siglo. Esos logros son el fruto de miles de trabajadores en sucesivas generaciones que han aportado manualmente e intelectualmente su fuerza de trabajo y su capacidad organizativa para la fabricación aeronáutica y aeroespacial.
Corresponde a los sindicatos de clase
dar a conocer esa aportación humana: sus luchas constantes para mejorar las
condiciones de vida y de trabajo, las reivindicaciones planteadas, los sacrificios
y sufrimientos vividos, las conquistas sindicales,... y también el contexto
socioeconómico y político que ha marcado la historia más contemporánea a nivel
local, estatal y mundial. Y un dato a tener en cuenta es que muchos de l@s
actuales trabajador@s de AIRBUS encarnan la continuación familiar que iniciaron
sus antepasados desde hace un siglo.
Construcciones
Aeronáuticas (CASA) se constituyó el 3 de marzo de 1923. Esta fecha es la
referencia común que sitúa la creación de la industria aeronáutica en España.
Su principal impulsor fue José Ortiz-Echagüe, hombre de intensa trayectoria que
destacó como empresario arriesgado, piloto, fotógrafo y que estaba vinculado a
la Escuela de Ingeniería Militar en Guadalajara.
CASA empezó como
compañía mercantil (empresa privada) con el apoyo de varios accionistas,
banqueros y la empresa francesa Société Anonyme des Ataeliers d'Aeronautique
presidida por Louis Breguet. Éste empresario francés se incorporó como
Vicepresidente del Consejo de Administración en 1924.
GETAFE
La primera factoría
se construye en Getafe en una finca que después fue la Base Aérea de Getafe y
que entonces se situaba entre el Aeródromo Militar y la línea férrea
Madrid-Alicante.
Los primeros
aviones que se construyen son los Breguet, aviones militares con tecnología
francesa y que estaban dotados de motores Lorraine (de Francia) y Hispano
Suiza (de España). Entre las diferentes versiones, con licencia francesa en
tres contratos, se llegan a fabricar 206 aviones.
La factoría se
organiza en diversas secciones y con la maquinaria usual en aquellos años:
Forja, Fundición,
Tratamientos Térmicos y Superficiales (Cadmiado y Anodizado), Máquinas de
tornos, fresas, rectificadoras, taladradoras, cepillos de desbaste, prensas,
chapistería mecánica, taller de sastrería que confeccionaba telas para
fuselajes y alas.
El pueblo de Getafe
comenzó a experimentar un crecimiento constante ya que la instalación de nuevas
industrias en el sector del metal propició un proceso migratorio desde otras
regiones del país. Ya entonces se empieza a configurar un tejido industrial de
pequeñas y medianas empresas como el sector auxiliar de grandes empresas.
El aumento de la
población obrera engendraba problemas de abastecimiento alimentario,
hacinamiento en escasas viviendas, falta de plazas escolares y deficiente
sanidad.
La clase
trabajadora en todo el país realizaba huelgas y manifestaciones reivindicando
mejoras salariales, reducción de jornadas y derechos sociales. En este
contexto, en CASA se crearon Comedores y Cantinas (1925) Seguro de Enfermedad,
Maternidad y Fallecimiento (1926) y la concesión de Anticipos salariales.
CÁDIZ
En 1927 se empieza
a construir una factoría en la zona de Puntales (Cádiz) con dos hangares con
salida directa al mar. Emplazamiento idóneo para la fabricación de hidroaviones
que pueden despegar y aterrizar sobre el agua. En 1928 se inaugura la Factoría
añadiéndole un edificio para almacenes y oficinas.
Se fabricaron allí
los Hidroplanos Dornier (fabricante alemán) con supervisión directa de ingenieros
de Alemania.
La factoría
tenía máquinas herramientas para realizar trabajos de chapistería, carpintería,
taller de entelado para alas, pintura y un torno revolver para fabricar
tornillos. En 1930 también se instaló una sección de Tratamientos Superficiales
para anodizado electrolítico que fue pionera en todo el país. Se fabricaron 28
hidroaviones (Torpederos, Vickers Wildebeest y el Super-Wal NUMANCIA).
Los trabajadores
gaditanos también se movilizaron y consiguieron los mismos derechos sociales
que ya se venían disfrutando en Getafe.
A finales de la
década, CASA comenzó a adquirir prestigio internacional ya que aviones
fabricados en Getafe realizaron travesías de miles de kilómetros en históricos
vuelos intercontinentales.
En 1929 se
construyó un prototipo de Avionetas CASA y en años posteriores varias series
que suponían la madurez industrial de fabricar productos propios con materiales
enteramente metálicos e innovaciones singulares como las alas plegables.
SEVILLA
En
los años veinte nacía una ciudad distinta a la del Siglo XIX. La capital de
Sevilla iba a ser el escenario de la Exposición Iberoamericana en 1929 y la
construcción de edificios nuevos así como de infraestructuras proporcionaba
trabajos de albañilería a miles de obreros residentes y a trabajadores,
jornaleros y campesinos pobres procedente de pueblos de la provincia. El censo
de la población en Sevilla capital era de 205.529 personas en 1920 y acabó la
década con 228.729 en 1930.
En
el Siglo XX la ciudad comenzó con tres fábricas importantes: la Pirotecnia, la
de Artillería y la de Tabacos. Había pequeños talleres pero sobre todo
abundantes tiendas familiares.
En
la provincia predominaba la agricultura con extensas hectáreas cultivadas de
cereales, olivos, arroz, algodón, remolacha, tabaco y cítricos. En cuanto a la
propiedad de la tierra, un 2% de terratenientes poseía el 47% de las tierras
productivas. Éstos latifundistas solían ser de familias aristocráticas.
La
desigualdad social era abismal en los pueblos y a causa de las innumerables
inundaciones causadas por el desbordamiento del río Guadalquivir los jornaleros
permanecían parados por semanas -incluso meses- y las familias subsistían en
condiciones de pobreza extrema y de miseria.
En
la ciudad la gente más humilde también sufría "las riadas"
agravándose las pésimas condiciones de las viviendas, el abastecimiento de agua
potable, la alimentación, la higiene, los servicios sanitarios, etc., etc.
Gran
parte de la población vivía en patios de vecinos (las corralas) y debido a la
inmigración de familias enteras procedentes de los pueblos surgió el chabolismo
en zonas periféricas de la ciudad. Aquella situación evidenciaba un macabro
contraste: los albañiles que estaban embelleciendo la ciudad con nuevos
edificios vivían en chozos de condiciones infrahumanas.
Además
de los edificios para la Exposición, tanto en la ciudad como en algunos pueblos
se acometieron obras públicas de infraestructuras (vías férreas, pantanos,
puertos, carreteras,...) y otras que incidían más directamente en la mejora
económica y social: mercados de abastos, escuelas, mataderos municipales,
alcantarillado, alumbrado, pavimentos, etc.
Para referenciar el
prestigio internacional de Sevilla se reactivó la Base Aérea de Tablada
(inaugurada en 1920) con llamativos vuelos de aerodirigibles como el Graf Zeppelín.
Se creó una línea marítima Sevilla-Nueva York. Y en abril de 1927 en el
Aeródromo de Tablada se inaugura la línea aérea Madrid-Sevilla-Lisboa.
Pero
toda esa aparente bonanza económica ocultaba la otra cara de la moneda porque
se produjo a costa de un creciente endeudamiento de las haciendas locales que
en muchos casos llevó a situaciones de quiebra y ruina a varios ayuntamientos.
Y así mismo, al acabar las obras se extendió el paro y la indigencia por toda
la ciudad.
La
Exposición Iberoamericana transcurrió durante un año (del 9 de mayo de 1929 al
21 de junio de 1930) y dejó un legado arquitectónico que pervive como uno de
los grandes atractivos hispalenses.
La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
Precisamente
en 1923 se implanta en España la primera dictadura del Siglo XX. El 13 de
septiembre el general Miguel Primo de Rivera con el beneplácito del monarca
Alfonso XIII consumó un golpe de Estado para apuntalar la Monarquía borbónica y
"regenerar" un sistema político corrupto que en su decadencia ponía
en peligro hasta la forma de Estado. Durante varias décadas anteriores dicho
sistema consistía en el bipartidismo de Conservadores y Liberales que se
alternaban en el poder de forma pactada y con elecciones amañadas. En los
pueblos imperaba el caciquismo de los grandes terratenientes que controlaban
los ayuntamientos y las mismas familias dominantes se iban repitiendo en las
alcaldías, en los cargos de concejales y en los empleos municipales. Se
aprovechaban del analfabetismo generalizado, de la apatía y la indiferencia que
se traducía en abstencionismo electoral.
Aquel régimen
político con esas castas de oligarcas y caciques eran las que sostenían la
monarquía de Alfonso XIII.
Por
otra parte, la situación social era cada vez más convulsa con multitud de
luchas obreras y creciente afiliación sindical. Se calcula que un 14% de los
trabajadores estaban afiliados (en la CNT 700.000 y en la UGT 240.000) y la
influencia política en el seno de la clase obrera se estaba configurando en las
tres vertientes mundiales: anarquistas, socialistas y comunistas. Por eso uno
de los objetivos principales de las clases dominantes era aniquilar al
movimiento obrero con la prohibición de algunos partidos y sindicatos, la
constante presión policial y patronal contra las huelgas y la persecución de
los dirigentes obreros. El dictador proclamó el estado de guerra, disolvió las
Cortes Generales, formó un Directorio Militar como forma de gobierno, los
gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares, en las
Diputaciones Provinciales destituyó a los gestores poniendo en su lugar a
oficiales del ejército, cesó a todos los cargos municipales y creó las llamadas
Juntas Municipales de Asociados (organismos nombrados por los militares y
que después -a los pocos años- fueron controlados por los mismos caciques y
corruptos que antes gobernaban los ayuntamientos). Ilegalizó a los
partidos existentes.
La
jerarquía eclesiástica apoyó abiertamente la implantación de la dictadura de
Primo de Rivera.
El
Directorio Militar creó el Somatén Nacional, una milicia armada que practicaba
el pistolerismo contra los partidos de izquierda y los sindicatos. Lógicamente
apoyada y financiada por la patronal y los terratenientes. Al mismo tiempo creó
la Unión Patriótica como único partido "apolítico" tolerado y con una
vinculación directa con el Somatén.
En
Sevilla y su provincia en 1929 había unos 4.000 miembros del Somatén, la
mayoría propietarios y labradores. Y la Unión Patriótica contaba con más de
40.000 afiliados, gentes de derecha católica y pudientes económicamente que
después volverían a ingresar en los partidos Conservador y Liberal al terminar
el mandato de Primo de Rivera.
En
su pretensión de acabar con el sindicalismo de clase y engendrar la división
sindical prohibió a la CNT y toleró la participación de UGT en la llamada
Organización Corporativa Nacional, un organismo corporativo impuesto por
decreto ley con el que la dictadura pretendía juntar a patronos y obreros como
si defendiera los mismos intereses.
Pero
la realidad era muy distinta, por ejemplo, en agosto de 1928 hubo una huelga de
la construcción en Sevilla que afectó a las obras para la Exposición y el
gobernador José Cruz Conde emitió un bando el 10 de agosto para aplastar la
huelga dando un plazo de 48 horas para la vuelta al trabajo amenazando con el
despido a los que no lo hicieran y el destierro a 300 km de Sevilla a los
detenidos en piquetes. Solicitando a los empresarios los nombres de los que
sigan en huelga para aplicarles sanciones gubernativas y anunciando que las
obras continuarán con esquiroles de otras procedencias geográficas. Dicho
gobernador era empresario bodeguero y comandante de Artillería, le apodaban
<el cirujano de hierro>.
En varias ciudades
y pueblos del territorio nacional se produjeron diversos episodios de
terrorismo. Sobre todo asesinatos de dirigentes obreros y periodistas por parte
del Somatén que fueron respondidos por asesinatos de empresarios por un sector
de anarcosindicalistas que consideraban la acción violenta como única forma de
respuesta legítima. Éstas acciones provocan la desafiliación a los sindicatos y
el aumento de las contradicciones internas en toda la izquierda política y
social porque la espiral de violencia iba incrementándose y era
imparable.
En
agosto de 1929 el PSOE y la UGT se distancian de la colaboración en organismos
creados por la dictadura.
En
enero de 1930 dimite el dictador Primo de Rivera al perder el apoyo de los que lo
llevaron al poder. Fue sustituido por Dámaso Berenguer, otro general que impuso
la llamada "Dictablanda" con el objetivo principal de sostener a la
Monarquía frente al auge creciente de las fuerzas antidinásticas.
También
en 1930 se suceden manifestaciones de estudiantes en muchas universidades y
conflictos sociales con huelgas obreras en las principales ciudades y luchas de
jornaleros y campesinos pobres en los pueblos. En agosto de dicho año se
constituye el Pacto de San Sebastián, la oposición antimonárquica forma un
Comité Nacional Revolucionario. En diciembre se produce una sublevación
republicana en Jaca y Cuatro Vientos. El gobierno de Berenguer declaró el
estado de guerra en todo el país para contener las ansias de cambio que como se
demostró pocos meses después ya eran incontenibles.
La situación
mundial acentuaba la lucha de clases.
En
los años veinte la clase obrera vivió tiempos de utopías y esperanzas porque en
1917 triunfó en Rusia una revolución socialista que comenzaba a crear el primer
estado obrero y campesino de la historia constituyendo la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), todo un referente vivo que irradiaba la
demostración de que era posible cambiar la situación para favorecer a los más
humildes y marginados en las sociedades capitalistas. Los poderes establecidos
y sostenidos por las clases pudientes empezaron a sentirse amenazados por la
influencia comunista.
Así
en Italia, inmersos en la ruina económica y la crisis política y social tras la
Primera Guerra Mundial se propició por un lado el aumento de movilizaciones
obreras y campesinas y por otro la frustración de las clases dominantes. En
especial los industriales y los propietarios agrarios fueron proclives a la
creación y financiación de un partido que se enfrentará a la "marea
roja". Esta amenaza revolucionaria catapultó al diputado del Bloque
Nacional, Benito Mussolini, y a la creación en Roma (noviembre de 1921) del
Partido Nacional Fascista (PNF) que a su vez creó una organización paramilitar
(la Milizia) escuadras fascistas que desataron una violencia sin precedentes
quemando sedes de partidos de izquierda y de sindicatos, maltratando y
asesinando a políticos, periodistas e intelectuales. Y ante todo ese terrorismo
implantado por los "camisas negras" la policía era cómplice y dejaba
actuar.
Ante
tanta agresión fascista la izquierda política y social (PSI, PCI, Confederación
General del Trabajo (CGL),...) crearon en febrero de 1922 la Alianza del
Trabajo y este frente unido convocó una huelga general de protesta para el 1 de
agosto. Las escuadras fascistas actuaron contra los huelguistas y se ofrecieron
de esquiroles para que funcionaran algunos servicios públicos como el
transporte.
La
crisis de las instituciones las hacía insostenibles y Mussolini concentró a
60.000 fascistas en Nápoles anunciando una <Marcha sobre Roma> para
asumir la toma del poder. Aquello incrementó los apoyos de Industriales,
propietarios agrícolas, amplios sectores de la clase media, terratenientes y
caciques locales. Muchos jefes de policía colaboraban abiertamente con las
bandas fascistas y con la complacencia del Ejército, el rey Víctor Manuel III
nombró primer ministro a Mussolini el 3 de noviembre de 1922. Desde entonces se
le dominó <el Duce> y en la Cámara de Diputados los conservadores,
liberales y otros representantes de los sectores burgueses escenificaron el 16
de noviembre el entreguismo de los plenos
poderes a un tirano antidemocrático como después se demostró en el transcurso
de los acontecimientos. En conclusión, los poderes económicos y las
instituciones del sistema capitalista engendraron el fascismo como respuesta al
avance de las ideas de izquierda entre la clase obrera y los sectores populares.
Al otro lado del
Atlántico se iba a producir el dramático final de "los felices y locos
años 20": el crack de Wall Street. El 24 de octubre de 1929 el pánico
sacudía esa bolsa neoyorquina. Se produce un hundimiento de las cotizaciones y
cambiaron de propietarios unos 13 millones de acciones que provocan la ruina de
miles de accionistas. A la pérdida de los ahorros se sumaron fuertes
descalabros para los inversionistas al estallar algunas burbujas inmobiliarias.
Se generó una crisis bursátil y quebraron unos 9.000 bancos ¡una auténtica
bancarrota!. La recesión económica era galopante con suspensiones de pagos y
quiebras generalizadas que se tradujo en la caída del Producto Nacional Bruto.
A esa bancarrota le siguió una Gran Depresión con cierre de empresas y el
abandono del campo por miles de granjeros que provocó una crisis agraria.
Y
lo más dramático socialmente: el desempleo alcanzó a 12 millones de
trabajadores (el 25% de la población) que ante la falta de subsidios y el total
desamparo acudían a centros de beneficencia para pedir un plato de comida. El
hambre y la miseria se extendieron por todo el país.
El
gobierno de EE.UU. adoptó medidas proteccionistas suprimiendo el libre
comercio, imponiendo aranceles, devaluando el dólar, abandonando el patrón oro
como valor de cambio internacional, etc.
En
definitiva el crack financiero conllevó el colapso del comercio internacional y
a los pocos meses sus repercusiones llegaron a Europa (Alemania, Francia,...) y
al Reino Unido. Fue la mayor crisis del capitalismo que se agravó en los años
30 y que se convirtió en una conflagración mundial a partir de 1939.