En estos días se cumplen 45 años de la
mayor huelga que hemos hecho los trabajadores aeronáuticos de Sevilla. Fueron
10 días continuados entre el 5 y el 14 de Noviembre de 1974. En aquellos días
estalló la rabia contenida de tantos años de injusticias y represión. Fue también
el comienzo de la forma de lucha más efectiva: la culebra, es decir, las
marchas por el interior de las naves atravesando las diferentes secciones de
trabajo para incorporar al máximo de compañeros al paro laboral activo gritando
las reivindicaciones y sobretodo ¡compañero únete!. Dicha huelga con su inicial
culebra comenzó en la factoría de Tablada y al día siguiente se sumó la de San
Pablo. Hubo cierre patronal y despido de toda la plantilla, las cartas
individuales de rescisión del contrato llegaron a los domicilios sembrando el
pánico en las familias.
Entonces CASA era una fábrica
militarizada vinculada al Ejercito del Aire y tras el cierre los soldados de
aviación fueron obligados a vigilar metralleta en mano el interior de las factorías,
entre ellos había algunos compañeros de la empresa que hacían la mili
obligatoria en la Base Aérea de Tablada. Por todos los medios a su alcance la
dirección de la empresa y el Gobernador Civil provocaron la desunión de los
trabajadores mediante el miedo y la fuerza bruta, incluso lanzaron de madrugada
octavillas impostoras de un supuesto “Movimiento Democrático de Trabajadores”
donde tergiversaban los sucesos e insultaban a los dirigentes obreros para
provocar la confusión.
El Sindicato Vertical impuesto por el
régimen franquista cerró sus locales y dificultó todo lo que pudo la
comunicación entre los huelguistas, aquel era un sindicato al servicio de los
empresarios y en contra de los obreros.
A las personas que, afortunadamente, no
conocieron la dictadura les costará mucho imaginar cómo era la vivencia diaria
de los oprimidos y todavía más en situación de conflicto laboral que suponía
enfrentarse a todo un sistema de dominación. Porque las reuniones y las
asambleas estaban prohibidas y eran causa de despido y fuera del recinto de la
factoría la policía acosaba y las disolvía a palos, incluso se dio el caso de policías
secretas de la Brigada Político Social (BPS) infiltrados con monos de trabajo
en las mismas asambleas.
Hay una anécdota digna de contarse: uno
de los días de huelga que nos concentramos debajo de La Giralda frente al
Palacio Arzobispal, la policía –a petición del Cardenal- tuvo que permitir una
asamblea de diez minutos dentro del Patio de Los Naranjos. También debemos
recordar que hubo solidaridad de otras empresas del metal, de profesores, de
estudiantes, de teólogos, de taxistas…y en algunos pueblos cercanos a Sevilla.
Al final la empresa despidió a 58
compañeros que se redujeron a 35 y posteriormente a 7 que fueron readmitidos en
la negociación del Convenio.
Los detalles de aquellos intensos y
convulsos días están publicados en un libro que escribió Antonio Salcedo
Cuadrado en 1984 cuyas páginas se pueden leer a continuación, publico también
las fotos de la mayoría de compañeros que menciona Salcedo en esas páginas,
aunque faltan las de algunos que tengo pendiente de incorporar cuando consiga
sus fotografías. Y, por último algunos recortes de El Correo de Andalucía el
único diario que informaba de las luchas obreras y donde fuimos noticia durante
la huelga.
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