El 20 de Abril de 1963 se
perpetró un crimen de Estado con el fusilamiento de Julián Grimau García
dirigente del PCE y hombre entregado totalmente a la causa de recuperar las libertades
democráticas en España.
Durante la guerra civil
luchó contra la sublevación fascista defendiendo la legalidad republicana y
comprometiéndose integralmente con el Partido Comunista. Exiliado tras la
guerra estuvo en varios países y continentes: Francia, México,…(en Cuba de 1940
a 1947). Desde Francia ayudó al maquis y a los guerrilleros antifranquistas que
entraban en España.
En 1957 empieza a entrar
clandestinamente en su país con la misión de recomponer la organización del
PCE, con éste objetivo estuvo varias veces en Sevilla residiendo durante
algunos meses y estableciendo contacto con dirigentes y militantes comunistas
entre ellos algunos que estaban directamente relacionados con trabajadores de
La Hispano Aviación y Construcciones Aeronáuticas. Se le llamaba <Aurelio>, su nombre de guerra en la clandestinidad. Estuvo viniendo por Sevilla hasta el año 1962.
Julián era una persona con
un elevado nivel cultural e ideológico y con una sólida conciencia
revolucionaria y lealtad al Partido como demostró tras su detención el 7 de
Noviembre de 1962, desde ese día fue salvajemente torturado y arrojado desde
una ventana de planta alta en la Dirección General de Seguridad en pleno centro
de Madrid; la policía quiso simular un suicidio pero Grimau no murió quedando
muy malherido estuvo cerca de un mes en
un hospital penitenciario. Demostró su integridad con un comportamiento ejemplar
ante sus torturadores y sólo declaró que era miembro del Comité Central del PCE
sin delatar nada ni a nadie.
Los militares franquistas
por orden de Franco montaron una farsa de juicio acusándolo de <rebelión
militar continuada> y argumentando delitos plagados de calumnias y mentiras
sobre su pasado. Manuel Fraga Iribarne que era ministro del gobierno franquista
orquestó toda una campaña nacional e internacional para desprestigiar a Grimau.
Sin atender las peticiones de clemencia de autoridades mundiales y sin ninguna
compasión lo fusilaron a los seis meses acribillándolo con 28 disparos. Murió
con 52 años.
Con el paso del tiempo sus
familiares y su Partido intentaron la nulidad del juicio y de la sentencia. En
1989 gobernaba el PSOE y el Tribunal Supremo desestimó el recurso. En Abril del
2002 el grupo parlamentario de Izquierda Unida presentaba en las Cortes una
Proposición No de Ley sobre la rehabilitación pública y democrática de la
figura de Julián Grimau y, en ésta ocasión, la mayoría absoluta del PP rechazó
la propuesta.
Por todo ello, el caso
Grimau es una herida abierta que se suma a las decenas de miles de asesinados y
desaparecidos pendientes de verdad, justicia y reparación. Y en honor a la
memoria de todos ellos esa reclamación debe seguir latente.
Enlaces a videos de youtube referentes a Julián
Grimau: